martes, 13 de agosto de 2013

Luchar por levantarse de la cama

Después de no haber podido apenas pegar ojo, llegó el Martes 29 de Mayo y con él otra dificultad, mi despertador sonó como todas las mañanas a las 7:00 de la mañana y me dispuse a levantarme. Al sentarme en la cama empecé a notar esa horrible sensación de nuevo... mi corazón se volvía a acelerar y yo no podía hacer nada más que sentir miedo y levantarme sin más remedio para ir andando muy despacito al baño a mojarme la cara.

Después de un rato me rendí... volví a la cama, cogí mi antiguo Nokia del tipo ladrillo y le mandé un sms a un compañero de clase. Le decía que fuera sin mí, aun me encontraba mal, se lo comenté a mi madre y me quede un rato más en la cama. Llegaron las 11:00 de la mañana y con ella otro intento de levantarme de la cama e intentar ir a comer algo... otra vez en vano. Me quede en la cama hasta el mediodía, dándole vueltas a la cabeza... pensando... "¿por qué me tiene que pasar a mi esto ahora?". Era curioso, a pesar de llevar tantas horas así mi cabeza no pensaba en "Tienes que ir al médico a que te mire eso" sino en " Tengo que conseguir levantarme para estudiar o fracasaré en los exámenes".

Mi obsesión por ellos fue malísima en ese momento... no terminaba de creerme lo que me estaba pasando. A las 14:30 llegó mi madre de trabajar como todas las mañanas y vino a ver como estaba. Como no yo estaba tumbado en la cama dándole más y más vueltas a la cabeza. Sacó la comida y me llamó para comer. Hice el esfuerzo de levantarme y sentarme en la silla del salón, pero solo soporte eso, lo que para mi era un sufrimiento que me fatigaba y me ponía malísimo, unos cinco minutos, mientras me llevaba una reprimenda por dejar el plato de comida. En ese momento no veía lógico lo que hacia mi madre, después de tanto tiempo sí. Es normal que las personas no nos comprendan al principio de las situaciones difíciles como esta, es más yo nunca tuve ansiedad y en ese momento tampoco sabía que la tuviera, pero con el tiempo te das cuenta que muchas personas no entienden ni un poquito esto, hasta que no lo sufren ellos (que espero que cuantos menos mejor porque es una experiencia que te marca...)

Llegué a mi habitación de nuevo y me tumbe en la cama. Un resquicio de inteligencia salió de mi cabeza y pensó, "Sí, ya es hora de ir al médico, esto se me ha ido de las manos". Miré mi colección de latas de Monster en la estantería que me estuve tomando a lo largo de todas las jornadas de estudio y luego miré la mochila. Algo fallaba, y las cosas no estaban bien en casa para que llegaran más sustos, recientemente mi tío había fallecido (pocos días atrás) en unas circunstancias que abrieron viejas heridas en la familia.

Pasaron unas pocas horas, cada vez estaba más seguro, tenía que ir al médico, pero mi madre había salido a hacer unos recados por lo del fallecimiento con la familia, solo quedaba mi padre y no era una opción que me hiciera gracia, así que llamé a mi madre y se lo dije: "Mamá, necesitó ir al médico". Ella respondió lo que me cabría esperar, "Pídeselo a tu padre que sabes que ahora no es buen momento". No es que mi madre no se preocupara de mi ni mucho menos, pero comprendía la situación.

Me incorporé un poco de la cama y llamé a mi padre, comentándole lo del médico, su respuesta me mató...
"Ahora tengo yo que joderme y no ir al bar con mis amigos porque la mierda del niño no tenía otro momento para ir al médico". Hice caso omiso, su respuesta me dolió pero seguí, tenía que ir al médico, me vestí como pude y cogí mi botella de agua, el corazón empezó a hacer su trabajo, empezó a latir de forma descomunal, a medida que llegaba a la calle me iba mareando, pero iba caminando poco a poco como podía... el Centro de Salud que me corresponde esta a menos de 5 minutos de mi casa, pero estando como estaba solo podía andar lento mientras mi padre me metía prisa y me decía que dejará de hacer tonterias.

A medio camino se me nubló la vista y tuve que sentarme en el suelo... la gente me miraba, pero me daba igual... me sentía fatal. Poco a poco llegué al médico y pedí cita por urgencias. Ese día encima había mucha gente... me senté en la sala de espera y empecé a intentar tranquilizarme, aguantar. Mientras mi padre esperaba cabreado llamando a mi madre, echándola en cara que ella se debía ocupar de esto... en serio, no me lo terminaba de creer, ¿es más importante tus amigos que tu hijo que esta jodido?¿No ves que mamá tiene que hacer lo de su hermano fallecido? ¿No te das cuenta que está super jodida y tu la estás hundiendo más?

Al final mi madre acabó viniendo y mi padre no tuvo otro lugar para echarla la bronca por todo esto... en un ataque de nervios les grité a los dos en el médico, todos me miraron, me daba igual me tuve que tumbar en el suelo... hasta que mi madre me dijo que me tumbara en las sillas y apoyara la cabeza en sus piernas, mi cabeza no estaba lúcida, pero mi comentario de "¿No ves que estoy mal, ella está mal y tu lo estás empeorando?¿En serio merece la pena discutir por tus amigos? La mirada de mi padre fue fulminante, luego dice que yo miro mal, pero como dije antes sirvió para callarlos... no era quien para ello lo reconozco, pero en ese momento lo necesitaba, mi madre estaba llorando, yo sentía que me moría y mi padre, bueno mi padre estaba a mi forma de ver tocando los cojones (con perdón de la expresión) porque estaba enfadado.

La sala de espera se iba vaciando, a mi me habían puesto en otra sala debido a que iba de urgencias y vi el cielo cuando una señora me dijo: ¿Quieres pasar antes de mi? Te noto muy mal... No me lo pensé dos veces, pero estaba tan disperso que casi se me olvida agradecerselo. Entre en la consulta, me atendió una mujer muy simpática la verdad y me preguntó que me había pasado. Yo le conté la historia y ella me echó la bronca por no haber venido antes porque me podría haber pasado algo y me advirtió sobre los peligros de las bebidas energéticas. Misteriosamente estaba más tranquilo, aunque aun muy acelerado, me hicieron un electrocardiograma y sin contar que tenía en reposo 120 pulsaciones por minutos, el electro parecía normal, pero aun así me dieron cita con el cardiólogo para que me viera.

Eso no me hizo mucha gracia, pero era mejor eso que nada, también me recetó un medicamento del tipo Beta-bloqueante, es decir, un medicamento que obliga a tu corazón a latir más despacio y me mandó tomarme una pastilla en ese mismo momento y mañana por la mañana. La hice caso compramos el medicamento me fui a casa e hice lo que toda persona algo hipocondríaca hace, leerse el prospecto.

¿Os lo imagináis no? Acojonado perdido me quedé, aquí empezaron mis pensamientos sobre que podría tener algo en el corazón, aunque después de tomarme la pastilla noté mejoría y algo de tranquilidad y pude cenar, acostarme y dormir bien. El medicamento era Sumial 10 mg.
Y por hoy termina la entrada del día 29 de Mayo del 2012.

Como aclaración deciros que los días clave de mi vida os lo escribiré en una entrada, pero todos aquellos que no tengan ninguna relevancia los resumiré y meteré varios días en una entrada para no hacerlo todo muy extenso.


Luchar por levantarse de la cama - CC by-nc-nd 4.0 - Adrián Martínez Prádanos

1 comentario:

  1. Wou ,que historia ,es muy difícil superar la anciedad ,no sé cómo llego pero se se c no se va

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