sábado, 7 de diciembre de 2013

Buenas noticias

Buenas noches a todos, se que me he demorado muchísimo en volver a escribir una entrada en este blog. Solo necesitaba comunicaros las siguientes cosas:

1. El día 13 de Diciembre habré terminado todos mis proyectos y retomaré mi historia y que podáis seguir viendo como se puede salir de esto.

2. Me han publicado un artículo en la revista de la Sociedad Española de la Medicina de la Adolescencia, si queréis leerlo podéis acceder desde aquí: http://www.adolescenciasema.org/index.php?menu=411
Mi artículo está en la página 93. Lo escribí cuando aun estaba trabajando en este blog (Tranquilos os prometo que para esas fechas vuelvo)

3. Actualmente llevo un grupo de autoayuda para el manejo de la ansiedad y la depresión. Si tengo tiempo empezaré a escribir un blog paralelo en el que comentaré los diversos puntos que utilizo con mis chavales. Por ahora me he enfocado en niños y adolescentes, pero me gustaría en un futuro si esto sale bien, expandir mi radio a cualquier edad.

Un saludo y a todos y de nuevo perdón por las molestias :)

viernes, 23 de agosto de 2013

Aviso de última hora

Siento no haber subido la entrada ayer, se me hizo totalmente imposible, estoy teniendo unos días que necesito un tiempo para mí. En breves volveré a colgar más entradas y avisaré por redes sociales, siento las molestias a los que me leéis.

No siempre tenemos tiempo, ni estamos en condiciones para escribir algo, antes de redactar parte de mi vida de mala manera, prefiero estar unos días sin tocar esto y cuando vuelva a estar a tope, seguir con la nueva entrada. Tranquilos, estoy bien, pero como he dicho antes, solo necesito unos pocos días para mi mismo y para terminar dos proyectos que tengo acordados. Un saludo a todos :)

miércoles, 21 de agosto de 2013

Mente alterada, cuerpo alterado

Perdón por no subir la entrada ayer, llegué del viaje muy cansado, pero más vale tarde que nunca así que hoy retomo el blog para haceros la entrada diaria :)

Día 1 de Junio del 2012, 4:00 de la mañana, me levanté en medio de la noche notando mucho calor y una sensación de nerviosismo muy grande. Asustado me llevé la mano al pecho, mi corazón estaba a mil por hora y no había tenido ninguna pesadilla que me causara esto, simplemente me levanté notando una sensación extraña. Me empecé a asustar, claramente eso no ayudaba, al contrario, agravaba la situación alterándome más. Mi primera reacción fue intentar levantarme de la cama, pero algo me frenó, un resquicio de lucidez en mi cabeza asustada y llena de malos pensamientos me dijo "Quédate donde estás tumbado e intenta relajarte, todo sería algún susto o un mal sueño que ni siquiera recuerdo".

Pasaron unos minutos pero, mi corazón seguía bombeando sangre como si no hubiera mañana. Yo seguía paralizado y tumbado en la cama con la mano derecha en el pecho, boca arriba y mirando la oscuridad de la habitación. Tras un tiempo paralizado, cerraba los ojos con la intención de dormirme y que esto pasara, en teoría, seguía un tratamiento y esto no tenía por qué pasar pero también es cierto que quizás podría tener algo. Mi cabeza empezó a hacer lo que mejor se le daba, pensar y asustarme más. Cosas como "Cada vez estoy peor y lo único que hacen es mandarme cosas que no me hacen nada" o "A este paso no me voy a recuperar", eran las que predominaban en ese momento. A pesar de ello, no quería avisar a mis padres, realmente desconocía el por qué, solo sabía que tenía el corazón super acelerado estando tumbado y no tenía fuerzas para llamar a nadie.

Llegaron las 4:45 de la mañana y el corazón seguía igual, cada vez estaba más hundido, por un momento pensé que esa noche iba a ser la última y aun así seguía sin llamar a nadie. No tenía ya ni siquiera ganas. Apreté mi mano contra el pecho y volví a cerrar los ojos, me notaba cada vez más cansado. De repente perdía la noción del tiempo, me quede dormido con la mano en el pecho y oí mi despertador sonar a las 7. Estaba bien, mi corazón latía otra vez a ritmo normal y aunque me sentía cansado y algo desorientado, me levanté y me fui a la ducha. Mientras me duchaba pensé sobre lo sucedido por la noche, a la vez, me tomaba las pulsaciones, notándome algo acelerado. No quería darle importancia ya que era Viernes y esperaba en ese fin de semana estar mejor, quizás solo fue un efecto secundario de la medicación.

Salí de la ducha bastante pensativo, era la primera vez que me sucedía algo así y la verdad no me hacía ni puñetera gracia. Además, necesitaba estar descansado, a mediados de la semana siguiente empezaban ya los exámenes y no pude seguir mi plan de estudios, mi cabeza empezaba a darle vueltas a todo otra vez mientras, inconscientemente desayunaba y me tomaba la pastilla que me tocaba por las mañanas. Recogí el desayuno, me lavé los dientes y salí de casa para encontrarme con mi compañero de clase con el que iba todas las mañanas al instituto.

Llegamos al instituto y la verdad, no atendí mucho a las clases, mi mente estaba en otro lado pensando sobre lo sucedido por la noche. Aun no me habían llamado los del Centro de Especialidades para la cita con el cardiólogo. Volví a sumergirme en mi mundo de pensamientos mientras con la mirada perdida alternaba la vista al profesor, el proyector y mi portátil. Los pensamientos pesimistas empezaban a predominar sobre los de que me iba a recuperar. "Quizás pueda tener realmente algún problema de corazón pero en ese electrograma no salía nada", fue uno de los pensamientos que primero se presentó en ese momento. A continuación cosas como "Todo se va a ir a la mierda", "Sino puedo con esto, no voy a poder con nada...", también aparecieron. Me quería ir a casa, no estaba a gusto allí y cada vez estaba más y más triste y hundido.

Llegó la hora del recreo, estaba apunto de inventarme la excusa de que me encontraba mal para irme, sabía que no debía pero psicológicamente estaba fatal. "¿Cuándo me iba a recuperar?", realmente solo quería recuperarme para seguir machacándome, no hacía caso a mi cuerpo que realmente, lo que me pedía era un descanso. Finalmente opté por irme, sin decir nada, simplemente me despedí de las personas con las que solía estar en el recreo y eché a andar hacia mi casa. No hacía caso a mis sensaciones físicas, solo notaba un nudo de la garganta por las ganas de llorar, mientras un montón de preguntas sin respuesta me venían a la cabeza. "¿Por qué me habrá pasado esto?" "¿Realmente esa bebida energética ha hecho tanto en mí?" "¿Me estaré muriendo?". Preguntas pesimistas a las cuales no encontraba respuesta, era lo único que recibí ese día.

Llegué a mi casa y me tiré en la cama. Quería llorar, pero a la vez no podía. Sentía una tristeza profunda, pero no era capaz de expresarla. El nudo en la garganta cada vez era más fuerte. Al cabo de un rato me quede dormido boca bajo en la cama hasta que llegó mi madre de trabajar. Simplemente me limité a decirla que me había vuelto porque no me encontraba bien. No quería contarla que me pasaba. Comí y después me bebí una infusión relajante.

Esa tarde me pase todas las horas delante del ordenador, metiéndome en la cabeza más mierda que encontraba por internet sobre lo que sentía que lo único que me hacían era mal, pero en ese momento, me creía todo lo que ponían. Por fin después de unos minutos me llamaron del Centro de Especialidades para darme la cita para el cardiólogo. Hasta mediados de Julio no me verían. Pensé "Genial... si tengo algo grave de aquí a que me miren lo mismo estoy muerto". Suspiré apuntando el día y la hora y dejé de mirar páginas para meterme al Messenger un rato a ver si hablaba con alguien.

Pasaron las horas y era la hora de cenar, me levanté sin ganas y cené lo que pude. Cogí el portátil y me puse en la cama con él mientras hablaba con una amiga, intentándome despejar de todo, aunque solo fuese un rato. Mientras hablaba me tomaba otra infusión junto con la pastilla que me tocaba por la noche, el cansancio y el sueño comenzaron a atraparme a la hora. Apagué el portátil y me acomodé en mi cama mirando el armario. Todas esas emociones que sentí durante el día por fin salieron y empecé a llorar como un niño pequeño en silencio, notando mi respiración entrecortada. Solo pensaba una cosa "¿Por qué?", esa simple pregunta asaltaba mi cabeza. Al cabo de unas pocas horas me comencé a dormir, aunque esos espasmos que me atacaron la noche anterior volvieron, esta vez solo dos veces, pero en el último de ellos empecé a pensar otra vez. "Espero que las taquicardias de por la mañana no se repitan...", cerré de nuevo los ojos, dando vueltas en la cama para intentar dormirme mientras ahora este único pensamiento me martirizaba poco a poco. Pasado un tiempo que desconozco, pero desde mi punto de vista largo, acabé dormido por fin...

Mente alterada, cuerpo alterado - CC by-nc-nd 4.0 - Adrián Martínez Prádanos

jueves, 15 de agosto de 2013

Mandar por mandar

Antes de nada os debo comentar que estaré ausente unos cuatro o cinco días por vacaciones y no tendré Internet, pero en cuanto vuelva tendréis vuestra entrada diaria, perdón por las molestias :)

Último día del mes de Mayo de 2012, como ese día no iba a ir a clase porque tenía el médico por la mañana, me permití el lujo de levantarme algo más tarde ya que esa noche me había levantado varias veces por sueños extraño que, aunque no llegaban a pesadilla, eran desagradables. Mi despertador sonó esta vez a las 9:00 de la mañana, tenía cita con el médico en una hora. Me sentía algo inseguro conmigo mismo, pero no había nadie en mi casa y no iba a despertar a mis abuelos para que me acompañasen. Me levanté de la cama despacio de nuevo y fui a darme una ducha a ver si me despejaba algo. Tenía como una leve presión en el pecho y las manos algo entumecidas y sudorosas, no le di gran importancia en ese momento y después de vestirme fui a prepararme el desayuno. Un simple vaso de leche fue lo que me entró al cuerpo esa mañana, suficiente para lo que iba a hacer la verdad. Puse el vaso en el fregadero, me lavé los dientes y mientras algo desanimado suspiraba, fui metiéndome el móvil, las llaves y la cartera en el bolsillo. Cerré la puerta de mi casa dándole vueltas a la cabeza, quería que esto acabase, que fuera solo un simple susto, pero tres días ya me había desmoralizado bastante.

Llegué al centro de salud y la verdad, ese día en concreto, la consulta estaba prácticamente vacía. Y entré en la sala donde se encontraba mi médico, me senté y le comenté lo que me pasó dos días atrás para ponerle al tanto de la situación. Lo único que hizo fue mandarme unos análisis de sangre y porque yo se lo pedí una cita con el cardiólogo, además de tomar el Sumial tres veces al día durante dos semanas que es lo que tardaría en terminar el curso. Se me olvidó pedir un justificante, era normal, mi cabeza estaba en todos los lados menos en lo que tenía que estar. Salí de la consulta igual que como entré y me fui a recepción a que me dieran una cita para los análisis de sangre. Intente que coincidiera un día de la semana siguiente en la que menos cosas tuviera que hacer y en el que no hubiera ningún examen. Salí del centro de salud y fui a casa caminando despacio.

Llegué a casa y realmente no recuerdo que hice exactamente, pero si me acuerdo que me puse a pensar sobre todo de nuevo tirado en el sillón de mi salón durante toda la mañana. Primero eran simples pensamientos que desanimaban un poco como "Estas jodiendo tu planning de estudio con esto, no vas a llegar a los resultados necesarios", mi vena autoexigente como siempre, tan inoportuna comenzó a hacerme daño en esa mañana, transformando poco a poco pensamientos sin importancia en dolorosas puñaladas hasta el punto de volver a sentirme insignificante, que había perdido ya sin haber empezado a luchar. Esto no era lo peor, me fastidiaba aun más mirar al pasado y ver como esa persona luchadora que era en unos pocos días se estaba yendo y convirtiendo en alguien sin ganas de luchar, solo en una persona que le daba vueltas a la cabeza constantemente. Tenía ganas de llorar, pero a la vez me sentía sin fuerzas para hacerlo, solo miraba la televisión apagada del salón y veía en ella mi reflejo, el reflejo de un chico joven sin ganas de nada tirado en un sillón lamentándose.

A medida que pasaban los minutos pensamientos como "Quizás esto es un castigo por algo que hice" o "A este paso no voy a salir de esta", se hacían cada vez más fuertes, hasta el punto de que me levanté y cometí uno de los errores más graves que se puede hacer en estas situaciones, ir al ordenador a buscar respuestas en Internet de por qué podría estar así, junto al prospecto del Sumial. Sentado en la silla de mi habitación, encendí mi ordenador y esperé a que se iniciara todo. Una vez hecho esto, abrí el navegador y puse "Taquicardias y dolor en el pecho", claramente los resultados que vi me hicieron asustarme, es por eso que ahora intento hacer caso omiso a la mayoría de los casos que veo por Internet. Casi todos los resultados me llevaban a relatos o síntomas de un fallo en el corazón o de un ataque cardíaco. Aunque asustado, seguía leyendo cada vez más y más hasta el punto de llegar a pensar pero sin llegar a creérmelo que quizás esa última bebida energética haya fastidiado mi corazón.

Llego el mediodía y con él, mi madre del trabajo, decidí que ya había leído suficiente y pasé del tema. Cuando mi madre me comentó que qué tal estaba y que qué me había dicho el médico, yo solo conteste, "Tengo que tomar la medicación una temporada tres veces al día". No me hacía mucha gracia tomarla pero si eso me solucionaba lo que tenía me daría por contento.

Con el paso del tiempo llego la hora de comer. Comí obligándome ya que no tenía hambre y después de eso mi madre me preparó una infusión de igual color que la cocacola, algo más granate, de las que compramos el día anterior para tranquilizarme un poco, además de eso me tomé el Sumial que me dijo el médico que tomara. Esa tarde no estudié nada, simplemente me quede delante del ordenador, hablando por Messenger e intentando escuchar algo de música ya que me notaba algo más tranquilo y no parecía que me afectara, así que aproveché. Así me tiré la tarde entera, turnándome entre la cama y la silla de mi escritorio, con una diferencia, esa tarde no me entraron ganas de llorar, la verdad, estaba bastante entretenido hablando con amigos por Messenger.

El día dentro de lo que cabe transcurso bien y hasta yo me sentía algo mejor. La noche llegó y yo cene un poco más animado, tampoco tanto como para tirar cohetes, pero eso era mejor que nada, me tomé la pastilla correspondiente de la noche y me tumbé a dormir. No sabía exactamente que me estaba pasando, notaba que mi cuerpo se relajaba demasiado y cuando parecía que iba a entrar en fase de sueño, un enorme espasmo recorría mi cuerpo sobresaltándome y haciendo que me despertara. Cuatro veces sucedió esto antes de poder dormirme, pero lo que pasó a continuación fue otra de las cosas que me marcó, pero eso ya es algo que le corresponde a la siguiente entrada del blog.


Os recuerdo que estaré unos días ausentes, pero para cuando vuelva os contaré lo que pasó esa noche o mejor dicho esa madrugada. Disfrutad del fin de semana y nos vemos por aquí entre el lunes o el miércoles.




Mandar por mandar - CC by-nc-nd 4.0 - Adrián Martínez Prádanos

miércoles, 14 de agosto de 2013

Falsas sensaciones de mejoría

Día 30 de Mayo del 2012, la noche pintó bien, pude dormir y me levanté sin problemas a las 7:00 de la mañana. Me desperecé un poco en la cama y me levanté despacio y con cuidado notando que esta vez mi corazón no se aceleraba como los días pasados. Me alegré, lo primero que pensé "Solo fue un susto si esto sigue así en pocos días podré volver a mi rutina". Abrí mi armario y comencé a coger ropa limpia para irme a la ducha. A continuación, después de estar aseado y vestido fui a la cocina a desayunar un tazón de colacao acompañado con la medicación que me mandaron el día anterior, me trague la pastillita rosa y me senté un rato en el sillón hasta que fuera la hora para irme. Realmente en ese momento no pensé en nada, estaba totalmente empanado mirando la televisión, pero a la vez sin prestarla atención.

Pasados unos minutos empecé a notar como si me quedara sin fuerzas, no era una sensación agradable, pero lo prefería a lo que pase los días anteriores. Puesto que notaba que si seguía así me iba a quedar de nuevo dormido, me levanté, me coloqué la mochila a la espalda y salí de casa a recoger a un amigo de clase con el que iba todas las mañanas al instituto. Mientras caminaba por la calle, auto-analizaba las sensaciones de mi cuerpo... sobretodo mi corazón, poniéndome la mano en el pecho o utilizando el dedo índice y corazón de la mano para mirarme las pulsaciones en el cuello. Esto que ahora puede parecer una tontería, se convirtió en un mal hábito.

Llegué a casa de mi amigo y juntos fuimos para clase. Por ahora todo iba bien, aunque como siempre llegábamos justos de tiempo, como él decía "No llegamos tarde, llegamos elegantemente tarde". De todas formas se acercaban los exámenes finales y, por lo tanto, en la mayoría de las clases dábamos repaso más que cosas nuevas, por lo que no me comí mucho la cabeza por ello, además, primero fue un cachondeo todo el año menos en algunos puntos clave. Entramos al edificio, subimos hasta el segundo piso y nos sentamos en nuestros respectivos sitios. Sinceramente a día de hoy no recuerdo con detalles que dimo ese día en clase ni lo que hicimos, solo recuerdo que la mañana dentro de lo que cabe fue tranquila.

El problema vino a mediodía, cuando llegué a casa y terminé de comer. Sabía perfectamente que en digestiones pesadas el corazón bombea más sangre para completar la digestión, pero ese día comí relativamente poco y estaba alterado, lo que me empezó a hacer que me controlase todo el rato las pulsaciones. Encendí mi ordenador y me puse un rato por Messenger a hablar con algún amigo. A los pocos minutos tuve que irme un rato a la cama estaba acelerado y no me encontraba bien. Pensamientos negativos inundaron mi cabeza y me hicieron sentirme insignificante, hasta sin fuerzas para sacarme el curso. Solo le echaba las culpas a aquella bebida energética, aunque realmente fueron mías por tomarla sabiendo lo que contienen. Es irónico que días atrás una amiga mía que estudia medicina me dijera que por tomar eso para estudiar viviría menos, ahora ese comentario me lo tomo a risa, pero en ese momento me hizo hundirme aun más.

Atacado hablé con mi madre para ir a una tienda cerca de mi casa donde venden todo tipo de infusiones para ir a comprar alguna para mí. Mientras tanto me preparó una infusión de Rooibos que tenía en la despensa casi gastada, pero con suficiente cantidad para dos o tres infusiones más. En ese momento a mi las infusiones no es que me hiciera mucha gracia... no me gustaba el sabor y hasta me revolvían el estómago, pero esta en concreto, fue distinta. Me tranquilizo algo, no puedo decir que fue como cuando te meten un tranquilizante en el hospital, pero si te ayudan a relajarte un poco.

Estando más calmado intenté estudiar algo en casa, ojearme los apuntes por encima, pero sin estudiar al cien por cien porque me ponía malo, es más tampoco podía escuchar música de nuevo porque me alteraba, cosa que me fastidió bastante porque sin la música no puedo vivir. Después de un rato comencé a sentirme otra vez mal, y más sabiendo que el médico que me atendió me dijo que solo me tomara dos pastillas, una ayer y otra el día de hoy. Me veía otra vez fastidiado en la cama como el anterior día y no quería eso, así que ante la duda, me metí en Internet y pedí cita al médico para la mañana siguiente.

Ya estaba hecho, tenía la cita para el médico y ahora solo me faltaba ir con mi madre a comprar las infusiones, me esperé unos minutos más a estar algo más tranquilo y salí con ella de casa. El camino fue normal, no tuve ninguna sensación extraña ni nada por el estilo. Llegué a casa y me senté un rato más delante de mi ordenador a intentar estudiar algo más mientras a la par tenía el Messenger conectado. Dos horas más tarde llegó la hora de la cena, no tenía hambre la verdad, por alguna extraña razón que desconocía en ese momento estaba desanimado, no me apetecía hacer nada, todas esas fuerzas para conseguir todo lo que me proponía antes habían  desaparecido por arte de magia, mi obsesión por los estudios y mi autoexigencia en ese momento me estaban jugando una mala pasada... una pasada bastante mala. Cene lo que me entró al estomago, entré en mi habitación y cerré la puerta tirándome en la cama boca abajo, sin pensar nada, solo mirando la pared que tenía delante, como si esperara que pasara algo. Tampoco tenía sueño, pero deseaba que llegara mañana para que el médico me encontrara alguna solución, algo que hiciera que me sintiera mejor para poder con todo esto. Me di la vuelta en la cama y miré el techo poniendo mi mano sobre el pecho, sintiendo los latidos del corazón y me paré a pensar... "Quizás todos aquellos excesos que hice en el pasado me están pasando factura ahora... quizás si me hubiera ido a dormir en vez de ir a la biblioteca y beberme una bebida energética, ahora no estaría así..."

Afligirme por ello era lo único que hacía, cada vez me sentía más desanimado, me veía sin fuerzas para afrontar esto nuevo que me había pasado cuando solo habían pasado unos días desde que empezó. ¿A quién podría pedir ayudar? No quería molestar más a mis padres... mi madre estaba dolida por la muerte de su hermano, y mi padre, bueno, con él no intentaba contar, nuestra relación ha sido siempre muy tensa y no era capaz de entenderme ahora estando así. Mientras pasaban los minutos unas ganas irrefrenables de llorar me asaltaron, intenté aguantarme como pude, pero a mi cabeza solo venían pensamientos negativos todo el rato, ni los "Venga tú puedes, mañana será otro día", conseguían que me animara y después de un rato exploté. Empecé a llorar en silencio abrazado a la almohada a oscuras en mi habitación, hasta que conseguí dormirme... aunque no fue una noche en la que descansara mucho.

Falsas sensaciones de mejoría - CC by-nc-nd 4.0 - Adrián Martínez Prádanos

martes, 13 de agosto de 2013

Luchar por levantarse de la cama

Después de no haber podido apenas pegar ojo, llegó el Martes 29 de Mayo y con él otra dificultad, mi despertador sonó como todas las mañanas a las 7:00 de la mañana y me dispuse a levantarme. Al sentarme en la cama empecé a notar esa horrible sensación de nuevo... mi corazón se volvía a acelerar y yo no podía hacer nada más que sentir miedo y levantarme sin más remedio para ir andando muy despacito al baño a mojarme la cara.

Después de un rato me rendí... volví a la cama, cogí mi antiguo Nokia del tipo ladrillo y le mandé un sms a un compañero de clase. Le decía que fuera sin mí, aun me encontraba mal, se lo comenté a mi madre y me quede un rato más en la cama. Llegaron las 11:00 de la mañana y con ella otro intento de levantarme de la cama e intentar ir a comer algo... otra vez en vano. Me quede en la cama hasta el mediodía, dándole vueltas a la cabeza... pensando... "¿por qué me tiene que pasar a mi esto ahora?". Era curioso, a pesar de llevar tantas horas así mi cabeza no pensaba en "Tienes que ir al médico a que te mire eso" sino en " Tengo que conseguir levantarme para estudiar o fracasaré en los exámenes".

Mi obsesión por ellos fue malísima en ese momento... no terminaba de creerme lo que me estaba pasando. A las 14:30 llegó mi madre de trabajar como todas las mañanas y vino a ver como estaba. Como no yo estaba tumbado en la cama dándole más y más vueltas a la cabeza. Sacó la comida y me llamó para comer. Hice el esfuerzo de levantarme y sentarme en la silla del salón, pero solo soporte eso, lo que para mi era un sufrimiento que me fatigaba y me ponía malísimo, unos cinco minutos, mientras me llevaba una reprimenda por dejar el plato de comida. En ese momento no veía lógico lo que hacia mi madre, después de tanto tiempo sí. Es normal que las personas no nos comprendan al principio de las situaciones difíciles como esta, es más yo nunca tuve ansiedad y en ese momento tampoco sabía que la tuviera, pero con el tiempo te das cuenta que muchas personas no entienden ni un poquito esto, hasta que no lo sufren ellos (que espero que cuantos menos mejor porque es una experiencia que te marca...)

Llegué a mi habitación de nuevo y me tumbe en la cama. Un resquicio de inteligencia salió de mi cabeza y pensó, "Sí, ya es hora de ir al médico, esto se me ha ido de las manos". Miré mi colección de latas de Monster en la estantería que me estuve tomando a lo largo de todas las jornadas de estudio y luego miré la mochila. Algo fallaba, y las cosas no estaban bien en casa para que llegaran más sustos, recientemente mi tío había fallecido (pocos días atrás) en unas circunstancias que abrieron viejas heridas en la familia.

Pasaron unas pocas horas, cada vez estaba más seguro, tenía que ir al médico, pero mi madre había salido a hacer unos recados por lo del fallecimiento con la familia, solo quedaba mi padre y no era una opción que me hiciera gracia, así que llamé a mi madre y se lo dije: "Mamá, necesitó ir al médico". Ella respondió lo que me cabría esperar, "Pídeselo a tu padre que sabes que ahora no es buen momento". No es que mi madre no se preocupara de mi ni mucho menos, pero comprendía la situación.

Me incorporé un poco de la cama y llamé a mi padre, comentándole lo del médico, su respuesta me mató...
"Ahora tengo yo que joderme y no ir al bar con mis amigos porque la mierda del niño no tenía otro momento para ir al médico". Hice caso omiso, su respuesta me dolió pero seguí, tenía que ir al médico, me vestí como pude y cogí mi botella de agua, el corazón empezó a hacer su trabajo, empezó a latir de forma descomunal, a medida que llegaba a la calle me iba mareando, pero iba caminando poco a poco como podía... el Centro de Salud que me corresponde esta a menos de 5 minutos de mi casa, pero estando como estaba solo podía andar lento mientras mi padre me metía prisa y me decía que dejará de hacer tonterias.

A medio camino se me nubló la vista y tuve que sentarme en el suelo... la gente me miraba, pero me daba igual... me sentía fatal. Poco a poco llegué al médico y pedí cita por urgencias. Ese día encima había mucha gente... me senté en la sala de espera y empecé a intentar tranquilizarme, aguantar. Mientras mi padre esperaba cabreado llamando a mi madre, echándola en cara que ella se debía ocupar de esto... en serio, no me lo terminaba de creer, ¿es más importante tus amigos que tu hijo que esta jodido?¿No ves que mamá tiene que hacer lo de su hermano fallecido? ¿No te das cuenta que está super jodida y tu la estás hundiendo más?

Al final mi madre acabó viniendo y mi padre no tuvo otro lugar para echarla la bronca por todo esto... en un ataque de nervios les grité a los dos en el médico, todos me miraron, me daba igual me tuve que tumbar en el suelo... hasta que mi madre me dijo que me tumbara en las sillas y apoyara la cabeza en sus piernas, mi cabeza no estaba lúcida, pero mi comentario de "¿No ves que estoy mal, ella está mal y tu lo estás empeorando?¿En serio merece la pena discutir por tus amigos? La mirada de mi padre fue fulminante, luego dice que yo miro mal, pero como dije antes sirvió para callarlos... no era quien para ello lo reconozco, pero en ese momento lo necesitaba, mi madre estaba llorando, yo sentía que me moría y mi padre, bueno mi padre estaba a mi forma de ver tocando los cojones (con perdón de la expresión) porque estaba enfadado.

La sala de espera se iba vaciando, a mi me habían puesto en otra sala debido a que iba de urgencias y vi el cielo cuando una señora me dijo: ¿Quieres pasar antes de mi? Te noto muy mal... No me lo pensé dos veces, pero estaba tan disperso que casi se me olvida agradecerselo. Entre en la consulta, me atendió una mujer muy simpática la verdad y me preguntó que me había pasado. Yo le conté la historia y ella me echó la bronca por no haber venido antes porque me podría haber pasado algo y me advirtió sobre los peligros de las bebidas energéticas. Misteriosamente estaba más tranquilo, aunque aun muy acelerado, me hicieron un electrocardiograma y sin contar que tenía en reposo 120 pulsaciones por minutos, el electro parecía normal, pero aun así me dieron cita con el cardiólogo para que me viera.

Eso no me hizo mucha gracia, pero era mejor eso que nada, también me recetó un medicamento del tipo Beta-bloqueante, es decir, un medicamento que obliga a tu corazón a latir más despacio y me mandó tomarme una pastilla en ese mismo momento y mañana por la mañana. La hice caso compramos el medicamento me fui a casa e hice lo que toda persona algo hipocondríaca hace, leerse el prospecto.

¿Os lo imagináis no? Acojonado perdido me quedé, aquí empezaron mis pensamientos sobre que podría tener algo en el corazón, aunque después de tomarme la pastilla noté mejoría y algo de tranquilidad y pude cenar, acostarme y dormir bien. El medicamento era Sumial 10 mg.
Y por hoy termina la entrada del día 29 de Mayo del 2012.

Como aclaración deciros que los días clave de mi vida os lo escribiré en una entrada, pero todos aquellos que no tengan ninguna relevancia los resumiré y meteré varios días en una entrada para no hacerlo todo muy extenso.


Luchar por levantarse de la cama - CC by-nc-nd 4.0 - Adrián Martínez Prádanos

El principio de todo

Hace ya bastante tiempo de esto así que intentaré recordarlo con todo lujo de detalles.

28 de Mayo de 2012, era un Lunes antes de los exámenes finales de la formación profesional de grado superior que estaba cursando y yo como anteriores días me dispuse a ir a la biblioteca a estudiar con un amigo durante toda la tarde. Llevaba dos semanas matadoras de no parar de estudiar hasta las tantas de la mañana y mi cuerpo me pedía un descanso en forma de sueño, yo como estudiante obsesionado en aprobar todas con notas lo ignoré y me compré la famosa bebida energética "Monster Energy". Eran las 16:30 de la tarde y me lo bebí prácticamente de tres tragos para no perder el tiempo. Entré en la biblioteca y poco a poco mi sueño iba desapareciendo.

La tarde pintaba bien, como las demás en las que había estado estudiando. Empecé con lo que más coñazo me resultaba en ese momento que era Formación y Orientación Laboral (FOL) y a la hora, hora y media había terminado de estudiar lo que necesitaba de esa asignatura. Una vez hecho esto salí un momento de la biblioteca para pasarme por mi casa a por el portátil (laptop). Volví tranquilamente y me senté en el sitio que había estado anteriormente. Como en toda biblioteca por esas fechas, la sala estaba llena de gente, sobre todo chavales que se estaban preparando ya la Selectividad para acceder a la universidad y otros tantos molestando... hice caso omiso, me puse mi música y empecé a estudiar algo de Administración de Sistemas Operativos mientras a la par hacía alguna que otra práctica en el portátil para reforzar la teoría. Pasado otra hora y media empezó todo... me empecé a encontrar muy mal y me molestaba el pecho. Al ponerme la mano en él noté como mi corazón se aceleraba, cada vez más, intenté ignorarlo pero a los pocos minutos perdí el control... notaba un malestar horrible por todo el cuerpo y sobre todo miedo, esto último hizo que me acelerara aun más y por ello me levanté rápidamente y empecé a recoger como pude pidiéndole a mi compañero que por favor me acompañase a casa que no me encontraba nada bien. El corazón se me salía por la boca, llegue a casa e intenté tranquilizarme tirándome en la cama... no funcionaba. No quería decirles nada a mis padres, pensé que en un rato se me pasaría, pero fueron pasando los minutos y aquello no mejoraba... lo primero que pensé no fue en mi salud, fue en que se me iba a joder el planning de estudio e iba a joder todos los exámenes (curioso a la vez que real que me preocupará de mis estudios antes que de mi salud).

La noche empezó a llegar y yo seguía tirado en la cama y parecía que ya estaba calmado pero el miedo inundaba aun mi cuerpo. Intenté levantarme para ir a cenar pero mi corazón comenzó a bombear sangre a toda pastilla de nuevo. Esto me bloqueo y le dije a mi madre lo que me ocurrió, ella solo me dijo "Tranquilo, ya verás como mañana estarás mejor", me trajo algo de fruta a la cama y junto al perro de mi tía (que había venido a visitarnos, mi tía y su perro), comencé a comérmela despacio y sin mucha hambre. Una vez hecho esto, intenté dormir, pero no paraba de levantarme a lo largo de la noche con vuelcos al corazón y aceleramientos espontáneos.

En este día comenzó todo, lo que creí que iba a ser un problema de corazón, acabó siento un problema de ansiedad bastante grande para mí (Me alegro que no fuera lo otro, pero estuve pensándolo durante mucho tiempo, con las demás entradas lo iréis comprobando).

Y aquí termina la entrada de mi primer día, de como empezó todo y de como sabiendo que las bebidas energéticas eran malas, yo hice caso omiso y me acabaron pasando factura. Obviamente esta bebida no fue la culpable de el problema, solo el detonante que hizo que saliera todo fuera.

El principio de todo - CC by-nc-nd 4.0 - Adrián Martínez Prádanos

lunes, 12 de agosto de 2013

Pequeño recordatorio:


Antes de empezar a escribir nada os quería comentar que este Blog lo abro para explicar mi experiencia con la ansiedad y la depresión, un problema serio y difícil de tratar que afecta a muchas más personas de las que creéis. Solo espero que mi experiencia le sirva a alguien para darse cuenta que por muy negro que se vea todo, aunque parezca que nada tiene solución, hay que seguir luchando, la vida merece la pena y yo he tenido suerte de poder "salir" (lo pongo entre comillas porque puedo hacer vida normal pero aun me sigue afectando en algunas aspectos) bastante rápido. Recordad, no os desaniméis, dejad de lado los pensamientos negativos, las frases como "Es que tu no lo entiendes", "Es que no sabes como me sienta". Dejad todas las excusas, si yo he llegado a donde estoy ahora, vosotros también. Yo no soy mejor que nadie, me considero igual a todos vosotros que estáis leyendo esto ahora, cualquier duda, miedo, sugerencia, me la podéis dejar escrita en los comentarios y yo intentaré contestarla lo antes posible.

Como antes he mencionado esto es solo mi experiencia de los días que recuerdo desde que me ocurrió, cada persona es un mundo, y cada persona afronta los problemas a su manera, recordad buscar ayuda a un especialista y no busquéis vuestros síntomas por internet, solo os servirá para darle más vueltas al coco.

Primero me presento, me llamo Adrián y tengo 20 años, actualmente me dedico a estudiar, soy una persona como otra cualquiera con brazos, piernas, cara y todo eso. He querido primero contaros todo esto para que no penséis que soy un experto que os voy a sacar de esto, tampoco penséis que alguien os va a sacar porque solo sois vosotros los que podéis salir de esto... os podrán dar el empujón pero nunca tirar de vosotros y lo más importante... no dependáis de nadie, intentad ser autosuficientes, es muy difícil lo sé, pero una vez conseguido esto lo demás solo es tirar para adelante.

Una vez dicho todo esto abro otra entrada para contaros el día que empezó todo.
Un saludo y gracias por leerme.